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02 Jul
La valoración de la literatura corresponde a un mundo muy subjetivo, pero todos estamos de acuerdo en algo: las faltas de ortografía desmoronan al instante la valoración de un escritor. Todos las hemos cometido alguna vez, ¿quién no? Pero nadie que se jacte de conocer los secretos de la escritura debe mostrar estas falencias, que a veces son errores, y a veces horrores.
Por más que un corrector especializado salve la situación antes de imprimir el libro, entregar un texto original en condiciones es un “plus” valorado. Si bien hay muchas reglas más, en esta nota vamos a intentar despejarte las dudas más comunes, como una contribución breve y rápida para tu carrera de escritor:
Veamos las 3 opciones. “Por qué”: se usa en oraciones interrogativas (directas e indirectas). Ejemplo: “¿Por qué no viniste ayer?”, “No sé por qué no me llamaste”. “Porqué”: es sustantivo. Suele ir acompañado de artículo o posesivo: “Nunca supe el porqué de sus reacciones”. Y “porque”: es conjunción causal, que introduce una frase subordinada explicando la causa de algo: “He decidido irme porque no me siento bien”.
Veamos caso por caso. “Vaya” es una expresión de sorpresa (“¡Vaya! Ya son las 3 de la tarde”) o la primera/tercera persona del presente de subjuntivo del verbo “haber”: “Es tiempo de que vaya a su casa”. Mientras que “valla” es un sustantivo, una cerca para delimitar un terreno (“No cruces la valla”).
Por su parte, “haya”, es también una forma verbal, en este caso del verbo haber (“Espero que la fiesta haya sido linda”) o un árbol (“El jardinero plantó hayas y algarrobos”). En cambio, “halla” sería la tercera persona del presente del verbo “hallar”, encontrar: “Nadie halla una aguja en un pajar”, y “allá” es un adverbio de lugar (“Es imposible llegar allá”).
La primera opción se trata de un sustantivo que refiere a una línea, marca, un signo ortográfico, un límite o un tipo de pez. En cambio, la segunda es el verbo rallar conjugado en algunas de sus formas personales, y se refiere a la acción de desmenuzar con un rallador. Ambas constituyen otro ejemplo de palabras homófonas, porque pese a que se pronuncian igual, se escriben diferente.
“Sé” es el presente de indicativo del verbo saber. Se acentúa siempre que utilicemos este verbo. “Yo sé de qué se trata esto”. En cambio, “se” es un pronombre personal: “Ya se lo mostré a todos”.
Uno se escribe todo junto y es sinónimo de “abrigo”; el otro es la suma del adverbio “sobre” y el sustantivo “todo”, significando “especialmente, principalmente”. “Alcanzame mi sobretodo”, “Me gusta sobre todo su caracter”. Un pequeño truco para saber cuándo usarlo separado puede ser sustituir “todo” por “todas las cosas” (“Me gusta sobre todas las cosas…”).
Con tilde es un adverbio de tiempo. Se acentúa cuando se puede cambiar por todavía: “Aún me sigue gustando”. En cambio, se escribe sin tilde cuando se puede sustituir por incluso (o siquiera): “Aun sin estudiar, sabe”.
Estas también son formas que suenan igual, pero se diferencian en la escritura por el acento. Las no acentuadas son posesivos: tu (“Llevame a tu club”), mi (“Esta es mi casa”), o un artículo, el (“El cielo está oscuro”). Las formas acentuadas son pronombres personales: tú (“¿Quién eres tú?”), mí (“Han comprado un obsequio para mí”), él (“Él es el hombre de mi vida”).
“A ver” es la secuencia constituida por la preposición “a” y el infinitivo del verbo “ver”. Es una expresión fija: “Fue a ver si llovía”, “A ver si logro hacerlo”, “Cuidado, a ver si nos caemos”. En cambio, “haber” es el infinitivo del verbo haber y se puede utilizar como verbo conjugado o como sustantivo utilizando el participio del verbo: “Hoy he visto el amanecer en la playa”, “Algo tiene que haber pasado, se ha hecho tarde y no apareció”.
Es bastante común confundirlos. Sino: como sustantivo, es sinónimo de “destino” (“Mi sino es dedicarme a escribir”). Como conjunción, introduce una variante a un elemento dado: “No es mi hijo, sino mi hermano”. En cambio, cuando se escribe separado se trata de la unión de la conjunción condicional “si”, que abre el inicio de una frase condicional, y la partícula negativa “no”. “Si no me llamas, dejaré de visitarte”.
La primera versión es la tercera forma del singular del presente del verbo “haber”: “Hay un gato en el auto”. Siempre se usa en singular, aunque el objeto al que se refiera sea plural: “Hay diez niños jugando”. La palabra “ay” es una interjección para expresar dolor. “¡Ay, me golpearon la cabeza!”. El término “ahí” es un adverbio de lugar, indicando un lugar muy próximo al hablante: “Ahí está lo que buscabas”.
Aquí, el verbo haber es impersonal, o sea, no tiene sujeto. Y el verbo concuerda siempre con el sujeto; por lo tanto, el hecho de que las palabras “mujeres” e “imprevistos” sean en plural no hace que el verbo sea plural. La manera correcta es: “Había mujeres”; “Ha habido imprevistos”; “Hubo imprevistos”.
Es una falta muy frecuente. Se trata de la preposición “a” (“Voy a mi casa”) y el verbo auxiliar “ha” (“No ha llamado aún”).
El significado de ambas palabras es muy distinto. “Echo” viene de “echar”, que significa lanzar, arrojar, hacer salir algo o a alguien, mientras que con hache deriva del verbo “hacer”. “Nunca echo sal a las comidas”, y “He hecho las cosas como corresponde”.
No existe separado, lo correcto es “aparte”, todo junto.
La forma acentuada es un adverbio de cantidad (contrario a “menos”), mientras que la forma no acentuada es una conjunción adversativa sinónimo de “pero”, y su uso no es tan frecuente: “Me gusta, mas no sé si comprarlo”.
El “sí” con acento se utiliza en casos afirmativos: “Sí, iré contigo”. En cambio, sin acento es condicional: “Sólo iré si tú vienes”.
El “dequeísmo” es muy común. Refiere a una manera indebida de emplear la preposición “de” junto a la conjunción “que” en una misma oración. Por ejemplo: es correcta la expresión “Mi mamá me ha comentado que no vendrá esta noche”, y no “Mi mamá me ha comentado de que no vendrá esta noche”. Cuando dudamos, lo que debemos hacer es convertir la frase en interrogativa (“¿Qué me ha comentado mi mamá?”); en este caso entonces queda claro que no debo utilizar “de”.
Si la frase (incorrecta) es: “Estoy seguro que lloverá”, al hacer la pregunta descubro que debo usar “de”: “Estoy seguro de que lloverá”. Otro truco es sustituir la oración subordinada sustantiva por un pronombre como “esto”.
Siempre se escriben con minúscula: “El jueves será el examen”, “Hasta junio nadie vendrá”, “Esta primavera será hermosa”. Obviamente, van con mayúsculas si inician una oración: “Agosto será un mes tremendo”, “Viernes próximo, examen”.
Te recomendamos leer todo lo que puedas, ya que no sólo es una manera de formarte como escritor, sino también la mejor vía para grabar en tu mente la escritura correcta de nuestro idioma. También, consultar la página de la Real Academia Española (www.rae.es) ante cualquier duda, puede ser una solución.
En caso de emergencia. Si tenés que entregar un texto con urgencia, podés llamar a la Academia Argentina de Letras (011 4802-7509, de 13 a 19 hs.), donde podrás encontrar respuestas al instante a todas tus preguntas.
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